Las filas interminables en los cajeros automáticos y sedes bancarias volvieron a marcar el ritmo del microcentro de la capital. Las hileras de jubilados y beneficiarios de programas sociales, entre otros, se extendieron a lo largo de las veredas. Varias personas habían formado las colas desde la madrugada.

Durante la jornada se volvieron escuchar quejas y malestar por la diagramación de las entidades financieras, tanto para el cobro de los haberes como  el uso de los cajeros automáticos para extracción de dinero.

Una de las filas se formó en la zona de 24 de Septiembre y Junín y a primera hora se extendió por casi los 400 metros. “Cerraron sucursales y dejaron empleados, pero sigue siendo la misma cantidad de gente que tenemos que cobrar”, dijo Andrea en el programa “BUEN DÍA”, al referirse de un banco en particular.

La mujer había llegado a las 7.30 para poder cobrar el fondo de desempleo. Estaba ubicada en los últimos metros de la fila, en momentos en que comenzaba a subir la temperatura. “Hay gente que no puede estar parada”, se quejó.